Imagen: Tres Mundos, M.C. Escher
El diagnóstico dimensional, es sumamente importante para el diseño de un tratamiento específico. Pero siempre, la formulación del caso, será presuntiva.
Si en el transcurrir del proceso terapéutico nos aferramos al diagnóstico inicial, podemos observar si ese aferramiento no implica un signo de estar utilizándolo de forma defensiva, frente a la ansiedad, el miedo, etc, que puede provocarnos el impacto de un relato, un estilo de comunicación del paciente, la ansiedad frente a lo desconocido, etc. Será entonces un impedimento para entrar en contacto emocional con el padecimiento del paciente.
Este aferramiento, limitará las posibilidades de escucha que puede otorgar nuevos elementos, nuevas perspectivas que irán modificando aquel diagnóstico inicial y lo ampliarán, enriquecerán o modificarán en el transcurrir del proceso. Esta plasticidad en el proceso se dará gracias a lograr estar abiertos a la escucha de “nuevas informaciones”, tanto discursivas como procedimentales del paciente, y de nosotros mismos en sesión.